Crítica al modelo keynesiano


CRISIS EN LA DÉCADA DE LOS '70


1. Crítica al modelo keynesiano. 

La etapa de crisis rompería ahora con la correlación política de fuerzas entre capital y trabajo, acabando así con el acuerdo sobre la gestión del gobierno sobre la demanda. El papel del estado cambiaría, se daría una reforma en las políticas gubernamentales, apartándose del pensamiento keynesiano; pasando las prioridades ahora a ser el control de la inflación y evitar los déficits de la balanza de pagos.
John Maynard Keynes. Economista

La inflación dejó de resultar un mecanismo distributivo equitativo. La paradoja del “juego” de la inflación se retroalimenta del aumento que exigen los/as trabajadores/as para adaptarse a la inflación que afecta a la subida de precios. La estrategia conservadora se basaría en reducir el poder de los asalariados en pro a una distribución del ingreso que favoreciera a los primeros para lo cual deberían alejarse de los mecanismos tradicionales de mercado.
El problema desde la perspectiva conservadora se plantea por el exceso de poder que consideran que tienen los/las trabajadores/as amparándose en la institución del pleno empleo, que impide la recesión; es decir, el desempleo. Optando por atacar las medidas proteccionistas en el ámbito laboral que el Estado de Bienestar desarrolla.
Las propuestas conservadoras a la solución de esta crisis serán el ataque al sistema Keynesiano y a sus instrumentos: desempleo, reducción salarial y la abstinencia en el uso anticíclico de los instrumentos de política económica favorecerán la pérdida de poder sindical y de capacidad estatal como medidas desregularizadoras para el ciclo económico. La esfera conservadora cuestionaría el Estado de Bienestar, por resultar demasiado rígido con las políticas de inversión y de no contribuir a estimular la productividad del trabajador (OCDE, 1981), atacándose a través de las políticas de flexibilización de las relaciones de trabajo con aspecto regulatorio al Estado de Bienestar.

Keynes en la conferencia de Bretton Woods
La siguiente cuestión a evaluar sobre la responsabilidad del Estado de Bienestar en la crisis es la falta crítica respecto al seguro de desempleo; la remuneración por desempleo tendrían naturaleza anticíclica: a mayor desempleo, mayor gasto. Se obviará la petición de demoler esta institución, pero, según la perspectiva conservadora, será necesaria una modificación sobre el salario directo de los/as trabajadores/as; es decir, mediante la desvalorización de sus productos. Reducir la cantidad de transferencias realizadas y la calidad de las prestaciones públicas como lo son la salud o la educación, serían la respuesta conservadora a la crisis, para restaurar el proceso de acumulación. Cabrá siempre la posibilidad de reducir los gastos sociales al ritmo que se recortan los del ámbito estatal. Como ejemplo tenemos América latina con los procesos de privatización y el ataque al Estado empresario.

En el desarrollo del capitalismo, el Estado Keynesiano (EK) minaría la lógica de la acumulación de capital, precediéndole el Estado Benefactor (EB) que crecería e independizaría del sistema Keynesiano. Las políticas monetaristas y liberales, en pleno auge, evidenciarían el fracaso keynesiano con políticas anticíclicas y relacionadas con el pleno empleo, mientras que el Estado Benefactor sólo podría perder peso y experimentar cambios puntuales en sus instituciones.
La ideología conservadora, respecto a la crisis de acumulación producida por la intervención estatal, consideraron que se resolvería convirtiendo al mercado en el ente regulador.

En conclusión y como recopilación a las medidas neoliberales: los derechos sociales ahora dejarían de ser públicos y entraría en el mercado a través de la privatización de los sectores públicos que antes los gestionaban (sanidad, pensiones, vivienda, educación…). El mercado laboral ahora se desregulará para hacer un intento de acercamiento a la situación de libre explotación de trabajadores similar a la de los principios de la revolución industrial. Los controles financieros se reducirán con el fin de favorecer la libre especulación, consiguiendo también mayor beneficio.
Los impuestos directos, los cuales perjudican sobre todo a las rentas superiores, se reducirán y se harán indirectos, que afectan principalmente a las clases medias y bajas. En suma, todas estas medidas que adopta el sistema económico están enfocadas a favorecer a las clases altas. No es la pretensión de los teóricos neoliberales (Hayek y Friedman) aumentar el endeudamiento, pero los políticos neoliberales no pueden evitar el hundimiento de la demanda. A nivel social resulta nefasto: aumenta el endeudamiento, la polarización social, los Estados pierden poder económico, la economía la “monopolizan” plutócratas, se pierden derechos sociales y laborales y se dan reducciones salariales e inestabilidad laboral. Que el neoliberalismo se aplique a nivel mundial provoca flujos migratorios sur-norte, potenciando la sumisión laboral de los trabajadores en el norte.



2. Intervención neo-liberal. Ejemplos


Esta ocasión de malestar económico la aprovecharían los neo-liberales, para implantar su modelo económico como solución a la crisis. Ya que se cuestionarían si el modelo keynesiano y el Estado de Bienestar serían efectivos a la hora de eliminar el malestar presente en la sociedad y en la economía.
    Margaret Thatcher.
  • En el Reino Unido, con la toma del poder por parte de los laboristas entre 1974 y 1975, pusieron en marcha un “contrato social” con los sindicatos, el cual contendría medidas preventivas para los casos de despido y en el que prometían la realización de nacionalizaciones si se ponía en marcha una política de limitación de salarios. El aumento del descontento social por la reducción del poder adquisitivo y el aumento de paro fervorizaron a los trabajadores desembocando en una oleada de huelgas en 1978-1979. Tras la percepción de los laboristas de su ardua situación y al haber perdido la confianza de las clases medias y obreras, a través de una moción de censura concluyó su legislatura en 1979; obteniendo el poder ahora la líder del partido conservador y simpatizante de la experiencia liberal. Margaret Thatcher. 



  • En Alemania, presente en el poder la socialdemocracia desde 1969, no sobrellevó bien la crisis. Alemania se vio afectada por el hundimiento de la producción industrial, la caída de las inversiones y un brusco aumento del paro. El gobierno de Helmut Schmidt consiguió solventar la situación entre 1975 y 1976 sin renunciar a sus políticas de gasto social e intervención estatal. 
    Metáfora cómica del neoliberalismo
Pero no pudo hacer frente a la segunda crisis del petróleo en 1979, la cual tuvo un efecto deteriorador sobre la balanza comercial y causando una etapa recesiva económica. Hacia 1982, la República Federal de Alemania, tenía alrededor de dos millones de parados y una economía estancada. Los liberales, en situación de coalición con el SPD (contrario al intervencionismo estatal), pidieron al gobierno que parara las reformas y redujera el gasto social. Ante la negativa del SPD a las propuestas liberales, estos últimos se aliaron con el partido cristianodemócrata, los cuales en alianza acabarían con el gobierno socialista en 1982, como en el caso anterior con una moción de censura, llevando a esta coalición al poder.

  • En Francia, coincidió el principio de la presidencia de la República de Valéry Giscard d’Estaing, con la crisis, el cual tenía cierta predisposición por un “liberalismo avanzado”. El principio de su presidencia mantuvo una actitud intervencionista y del “Estado provisor”, pero no pudo solventar las dificultades económicas e impulsó al gobierno de centro-derecha a impulsar de forma latente una economía de mercado, así como las correspondientes prácticas liberales (liberalización de precios, suspensión de ayudas a las empresas no rentables, disminución de cargas sociales a las empresas…). El aumento del descontento social por el paro y el fortalecimiento de la izquierda, hizo que los socialistas retomaran el poder en 1981, con políticas contrarias a las del anterior gobierno. El gobierno llevó medidas como el “tratamiento social del paro” y el despegue del consumo para proponer soluciones a la crisis, como medida preventiva a una recuperación mundial económica que nunca llegaría. Los resultados de la política socialista; (con reformas como bajada de los salarios, aumento del número de empleados públicos, descenso de los tipos de interés, contratos de trabajo con ventajas fiscales, reducción de la jornada semanal) resultaron nefastas, provocando un aumento del déficit presupuestario, desequilibrio en la balanza comercial y un aumento de la deuda nacional. Al aceptar lo socialistas su incapacidad para solventar la crisis, a partir de 1983, se abrieron a la vía de las soluciones liberales. 

3. Obras callejeras anti-neoliberalistas







BANSKY


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Bibliografía:



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